sábado, 23 de enero de 2016

Da Dalt / Dutori Da Dalt

Un 29 de Marzo de 1936, año en que nació el fundador de Da Dalt Hnos. S.A., las dos ruedas eran parte de la recorrida diaria de la familia Da Dalt desde la granja donde vivían al pueblo. Y lo hacían en bicicleta. La bicicleta era entonces un medio de transporte poco común para el hombre de granja. Pero Camilo Da Dalt no solo utilizaba ese medio para trasladarse en sus años de infancia sino que, más tarde, y en plena segunda guerra mundial, esas dos ruedas le protegerían la vida.
La familia Da Dalt vivía al píe de la colina “del Vianello” en el pueblo de Vittorio Veneto, Italia. En la cima de la colina, un lugar estratégico, se apostaban guarniciones alemanas desde donde atacaban a las formaciones inglesas que surcaban ese espacio aéreo para ir a bombardear Alemania. Dada la proximidad de los soldados alemanes, ellos iban a la granja a pedirles prestadas las bicicletas para recorrer el camino al pueblo donde recogían la correspondencia. Una mañana en que Camilo hacía su recorrido diario a la escuela, un poco oculto bajo el follaje de las acacias que surcaban el camino, fue atacado desde la cima por una ráfaga de ametralladoras. Y esas dos ruedas, serían las que le salvarían la vida pedaleando intensamente para huir del lugar.
En 1949 la familia Da Dalt llegó a la Argentina y se instaló en Gualeguay, Entre Ríos. Trajeron entre sus pocas pertenencias dos bicicletas marca Bottecchia, lo que causaría una revolución para el pueblo entrerriano de la época. Esas dos ruedas, acompañarían por años sus viajes de ida y vuelta al trabajo.
A los veintitrés años Camilo Da Dalt junto a su hermano Adolfo decidieron comprar un torno y una fresa y comenzar la fabricación de repuestos para motos. A este proyecto inicial se les uniría más tarde su hermano Alfeo con quien comenzaron a desarrollar una cadena de distribución de repuestos en todo el país. Con la fabricación de repuestos para motos llegaron a ser líderes en Prestigio y Calidad y esto les sirvió de trampolín para lanzarse más tarde a la fabricación de ciclomotores, un giro comercial importante, producto de la visión emprendedora de los hermanos Da Dalt quienes inconscientemente gestaban la idea de ser industriales.
El primer ciclomotor fue fabricado en el año 1978 y se llamó “Clementina”. Era plegable y fácil de transportar en el baúl de un auto. A ese modelo inicial se le sucederían otros modelos fruto de la innovación permanente llevándolos en 1984 a desarrollar el primer “Ciclocarga” utilitario del país, logrando una trayectoria de ciclomotores dúctiles, versátiles, con la calidad indiscutible de un producto noble y perdurable.
Aquel legendario y pequeño barco “Paolo Toscanelli” trajo a la familia Da Dalt a la Argentina luego de intensos días de navegación. Así de intensa fueron sus vidas. Lograron armar una industria metalúrgica, penetrar en el mercado del ciclomotor innovando y desarrollando una actividad que abrió camino al trabajo, dándole la posibilidad a muchas familias argentinas que cumplieran el sueño del traslado sobre ruedas: abriendo una ilusión esperanzadora en el camino cotidiano del traslado.
Hoy, el espíritu innovador de los hermanos Da Dalt se ve reflejado en los hijos de Camilo Da Dalt, quienes junto a su padre, le dieron a la empresa otro trascendente giro comercial, coincidiendo en la optimización del diseño y la calidad.
Con el nombre “Dutori-Da Dalt” estos jóvenes emprendedores argentinos continúan recorriendo el camino creativo que le fuera otorgado por sus antecesores, ofreciendo nuevas herramientas orientadas a mercados específicos, con el sello de una empresa familiar caracterizada por la seriedad, nobleza de producto y búsqueda de la perfección en el servicio.

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